En estos días la brisa bolivariana, tal lo anunciado por Nicolás Maduro, se radicalizo: la batalla cultural contra la libertad y la democracia, se anida ahora en grupos violentos, que dividen y destruyen. Ocasionando muerte y dolor.

Cualquier movimiento popular debe tener interlocutores válidos. Y solo pueden ser validos aquellos que utilizan las herramientas del dialogo y respeto por la diversidad de ideas. La guerra no es la paz. La dictadura cubana buscó instalarse como una “dictadura pacifista”. La utilización de los vulnerables es cruel e inhumana.  

La pobreza estructural en varios países de nuestra región, será la agonía del humanismo, si es que no logramos revertirla. Debemos velar que el marxismo no aliene al cristianismo. Con sutileza identificó la perversión de interpretadores de la Biblia, que no cuidan su esencia. Como decía Jesús: La Verdad nos hará libres.

No podemos tolerar que se use la calle para librar batallas. Los problemas no pueden resolverse en asambleas violentas.

Acusan a Maduro de financiar la violencia social en Sudamérica Frente a una región que presenta violencia cívica, manejada por autoritarios, Argentina está dando un ejemplo de “rebelión republicana”: por encima de intereses partidarios, miles de ciudadanos quieren preservar la libertad de la Nación, su libertad como personas. La secuencia de marchas, portando la bandera argentina como símbolo de identificación, son el fenómeno que responde a la pregunta del Ortega, actualizada: si los grupos de poder son autoritarios, ¿dónde están los republicanos?,¿dónde están aquellos que no creen en la unidad del poder, sino en la división de los poderes? ¿Diríamos que sólo entre los vacilantes opositores? Ya no son vacilantes opositores. Somos convencidos demócratas. No creemos en la lucha de clases, pero reconocemos el conflicto de intereses. Buscamos la cooperación, una formación que lleve a la integración de clases y a la paz social. Aspiramos a desarrollarnos, a crecer. No a esclavizarnos con dádivas. El bienestar entendido como factor de paz y de equidad. De distribución de nuestra producción:“Es necesario que los hombres de negocio tengan el habito de encontrarse, de estudiar y de reflexionar juntos, en un mismo espíritu de solicitud y de servicio” Enrique Shaw, carpeta 6 ACDE (Un empresario en plenitud).

Por primera vez en este siglo, presenciamos una relación lider- ciudadano, que defiende los valores de la democracia representativa, en plena democracia. 

Solo una rebeldía republicana como la que generamos en estas semanas, puede aplacar la brisa bolivariana, que va mucho más allá de protestas reivindicativas. La cruel corriente chavista que hiere nuestros vecinos, originada en Cuba, se anidó en Venezuela (hoy la agencia de comando), en Nicaragua (quizás la olvidada de la región), pasando por Ecuador, Bolivia y ahora nuestro vecino Chile. A su paso deja estragos. Se retroalimenta de los ingresos de la narco mafia y sigue. Pero su alianza es transoceánica con el lejano Irán, la fría Rusia y Libia. La paz es precaria. Entendido esto, los políticos deben responsabilizarse por defender la libertad y la paz. Y no caer en la trampa de la desconfianza mutua. Y menos aún dejarse atrapar por la confrontación permanente. Debemos entender que la predisposición al diálogo y la búsqueda de consensos no es un signo de debilidad.Todo lo contrario. Un signo de grandeza.

Hacemos un llamado a dirigentes, pensadores, empresarios, sociedades que todavía confían en el humanismo y la democracia, para que nos organicemos con estrategia, táctica y convicción, y que esta sana rebeldía republicana, contagie nuestra región: Una rebeldía del sur para el sur. Que renueve el brío de nuestros libertadores de antaño, solo unidos con las herramientas de la paz y dialogo.  

La democracia es la libertad organizada, decía Alberdi. La rebeldía nos hace libres. No temamos al Foro de San Pablo.  Armemos un nuevo foro en nuestra región, con un catálogo de valores humanistas y republicanos. Asi podremos brindar contención a los rebeldes de la libertad. Fortalecerlos. E incluso desarrollar respuestas a nuevos desafíos que quizás todavía no conozcamos. 

* Presidenta de la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados de la Nación.

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