Es a lo que aspiraba el General Manuel Belgrano. ¡Y vaya que lo logró!

Hoy quiero recordar que el creador de nuestra bandera fue un precursor al proclamar la importancia de la educación de la mujer: “vivero” de la grandeza de nuestro país.

Su compromiso con la formación en oficios y el acceso a la salud nos sigue iluminando.  “…Fundar varios establecimientos necesarios para la educación de los jóvenes, ramo el más preciso y el más abandonado por infelicidad nuestra, y remedio de las necesidades generales de estos habitantes, como son las escuelas públicas, boticas y médicos dotados en todas las ciudades… Para desterrar la ociosidad y remediar la indigencia de la juventud de ambos sexos…”.