José Mujica

…que, aunque aparentemente calmos, los últimos días siguieron incrementando la presión tanto por razones climáticas (sigue sin llover en tiempo y forma), como por los mercados y el ambiente político, ya en la cuenta regresiva para las elecciones legislativas de fin de mes. En ese contexto, algunos almuerzos privados como el de Casa Roca con consignatarios, o el del embajador Archibaldo Lanús con políticos y empresarios; o la reunión del Consenso Agropecuario en el Anexo del Congreso, el encuentro periódico del estudio Broda con empresarios en el CEMA, la visita de una amplia delegación de legisladores venezolanos, o algunos de los últimos remates y exposiciones que ya están a punto de cerrar su temporada, constituyeron todos cajas de resonancia de los temas políticos y económicos que recalientan hoy los ánimos del país. En el caso del campo, el avispero se revolvió alrededor de operadores de granos y Bolsas de Cereales, muchos muy preocupados por las nuevas exigencias oficiales que amenazan con dejar a más de uno “fuera de la foto”. Si bien la información hasta ahora parece reservada a “unos pocos”, se mezcló estos días con las turbulencias del mercado de trigo. Es que el cereal ya cotiza en Buenos Aires, por encima de $ 3.000 la tonelada, es decir, ronda los u$s 535 por tonelada, muy superior al precio del propio Chicago (y sin importar demasiado la calidad ni la condición de “partido”).

…que, naturalmente, estos valores son producto del profundo déficit de mercadería por la magra cosecha pasada que ahora el Gobierno reconoce en “apenas” 8,2 millones de toneladas, de las cuales más de 1,5 millón fue afectada por Fusarium, hongo tóxico para la salud humana. ¿Dónde está ahora ese tonelaje? ¿Qué saben las autoridades responsables al respecto? Además, mientras los molinos locales ya trabajan al 50%-60% de su capacidad, debido a la falta de materia prima, trascendió que oportunamente el propio presidente de Uruguay, José Mujica, habló con Cristina de Kirchner (cuando las relaciones eran algo mejores que las actuales), para ofrecerle trigo de su país, oferta que habría sido declinada por la mandataria local, tal vez, por lo “impolítico” que resultaría que Argentina “importe” trigo, justo cuando está en juego una estratégica elección legislativa. Pero, más allá de los avatares presidenciales, el tema es que no hay trigo (y por eso lo que queda vale “oro”, igual que la carne vacuna en 2011, y ambos por la misma razón), y que se teme que va a faltar para poder “empalmar” con la nueva campaña que debería iniciarse en diciembre. Pero los cultivos, salvo alguna excepción en el sudeste, están regulares, y el propio Ministerio de Agricultura reconoció que hay 500.000 hectáreas menos que las esperadas, todo lo cual lleva a que más de uno ya espere una próxima cosecha más chica que la anterior e, incluso, por debajo del vergonzante umbral (para Argentina) de las 8 millones de toneladas.

…que, mientras hasta el mismo gobernador José Manuel De la Sota se involucró en el conflicto generado alrededor de la inversión de una multinacional agropecuaria en una planta de tratamiento de semillas en Córdoba (frenada por grupos ambientalistas de origen incierto), otros preferían comentar que “toda la soja de este año representa ´apenas´ el déficit actual de la balanza de turismo”, y otros comenzaron a alertar sobre los precios a futuro del trigo, ya que ni bien entre la nueva cosecha (en diciembre) bajarán abruptamente, al menos, a los U$S 230 por tonelada, del mercado internacional, es decir, la mitad del nivel actual; mientras que otros grupos prefirieron volver sobre la frágil situación de la producción de biocombustibles, que ameritó una urgente reunión de prensa para explicar el alcance del conflicto que implicaría sanciones internacionales al ya jaqueado producto. Pero los más informados, se dedicaron a comentar el último Presupuesto presentado por el Poder Ejecutivo al Congreso y, más especialmente, el extraordinario monto destinado al Senasa, de $ 1.840 millones; y al INTA de $ 2.536 millones, cifras que permitirían recomponer ambos organismos y, tal vez, eliminar la cantidad de pagos extra que se exigen a productores y empresarios, por muchas de las gestiones que ya están incluidas en el rol de esos organismos.

…que, mientras todavía se extraña el ahora “habitual” silencio de las Comisiones de Agricultura del Senado y de Diputados, que hace más de un año que no registran avances de ninguna naturaleza (a pesar de los crecientes problemas internos y externos del sector), sorprendió gratamente la convocatoria de la Mesa del Consenso Agropecuario, movilizada esta vez por la diputada Cornelia Schmidt Liermann (PRO) con apoyo del “autoconvocado” Armando Zavala, que logró reunir a un centenar de personas en el Edificio Anexo a Diputados, aunque apenas asistieron media docena de legisladores, ninguno del oficialismo. El entrerriano Jorge Chemes (UCR), Carlos Brown (PJ), Federico Pinedo (PRO), y Cristian Gribaudo, con el adicional de Patricia Bullrich que llegó tarde, habló y se retiró. A pesar del repaso por todo lo ya conocido, se coincidió en trabajar (bancadas adentro y afuera) para la elaboración de un documento mínimo de coincidencias sobre temas del campo y la agroindustria, que se intentará sea suscripto por la mayoría. Alguno sugirió que además sería interesante saber quienes fueron los restantes convocados y el por qué de su inasistencia.