Hemos dado un paso importante para terminar con 10 años consecutivos de déficit fiscal y encarar el camino al equilibrio fiscal en el 2019. Esto es clave para las cuentas públicas: pasaremos de un déficit primario del 2,6% a 0% en el 2019, algo que hace mucho tiempo que en la Argentina no ocurre.

Que las cuentas públicas estén equilibradas es algo fundamental para tener una economía estable y desarrollada, de crecimiento sostenido y capaz de enfrentar cualquier tormenta o factor externo. Esto representa un esfuerzo desde el Gobierno nacional, reduciendo sus gastos corrientes, gasto político y el congelamiento de contrataciones en la Administración Pública.

Es un presupuesto que mantiene firme nuestro compromiso principal que es el de reducir la pobreza. Tanto las jubilaciones como los programas sociales van a mantener su presupuesto y no sufrirán recortes. Habrá aumentos: 32% en inversión social, 35% en seguridad social, 29% tanto en materia de salud como en asistencia social y los programas de alimentos crecerán en un 60%.
Las obras de infraestructura se continúan y terminan, de forma transparente: con una inversión prevista de 160 000 millones de pesos, se garantizan todos los recursos para la ejecución de las obras que se encuentran en marcha: cloacas, agua potable, escuelas, hospitales, autopistas, urbanizaciones y viviendas, entre otras. Por último, las tarifas de servicios públicos no van a aumentar por encima de la inflación.

Quiero destacar el profundo espíritu federal de este presupuesto, continuando este camino que iniciamos en el 2016, en el que las provincias recuperan recursos, autonomía y podrán asumir mayores compromisos: hasta el 2015 recibían el 25% de los recursos federales, mientras que para el año que viene recibirán el 34%, un 9% más. En cuanto a la participación de la Nación y las provincias, hoy estas participan en un 50%, cuando hace dos años y medio era en un 40%.

Cuánto deseo que logremos la paz para los argentinos, que se logra respetando al otro, dialogando y con memoria histórica, para ahuyentar hipócritas y no volver a cometer errores.