Junto a los colegas Pablo Torello y Juan Casañas y todos los miembros de la Red de Buenas Prácticas Agrícolas asumimos ayer el compromiso de impulsar y agilizar la redacción de una Ley de presupuestos mínimos sobre Buenas Prácticas Agrícolas.

Coincidimos en que es necesario que se involucre toda la sociedad para que estas buenas prácticas puedan ser aplicadas. Claro que requiere de un cambio cultural,  con mejores prácticas podremos producir más alimentos y de mejor calidad.

Estaremos protegiendo, no sólo la naturaleza, sino también a los consumidores, pudiendo alcanzar mercados más amplios.