Repudio a los acontecimientos e indignación con los mayores adultos.

Sorprende e indigna la ignorancia de los adultos – profesores, padres y coordinadores – que desde la desidia y la indiferencia, permitieron semejante escándalo. Pido que los mayores a cargo sean severamente llamados a la responsabilidad, mientras que me comprometo a trabajar con los jóvenes en un proceso de educación e integración que los devuelva rápidamente a los valores humanitarios compartidos tanto por Alemania como por nuestro país.

Expreso mi más absoluto repudio a los acontecimientos sucedidos en Bariloche y repudio no solo los actos de violencia que se suscitaron en el boliche, sino que los coordinadores y padres hayan permitido que los estudiantes salieran disfrazados de nazis -con bigotes y brazaletes.

Es inentendible que, justamente en la Semana Internacional en Recuerdo de las Víctimas del Totalitarismo, la agencia de turismo no haya puesto los límites necesarios, al igual que el boliche “Cerebro” les haya permitido entrar de ese modo. Si estas conductas, además, son realizadas por alumnos de un colegio alemán, su relevancia es aún más preocupante, por la nefasta guerra y el horrendo genocidio que se vivió.

A Alemania le ha costado más de 70 años curar las heridas de aquellas atrocidades; lograron tras mucho esfuerzo tener memoria histórica y reconciliarse entre ellos. Hoy Alemania es el país más abierto y solidario a todas las razas, credos y culturas.