Considerando,

Que desde el pasado 6 de diciembre de 2015, se inicia una escalada judicial orientada al desconocimiento de la elección de diputados realizada en esa fecha y con el objeto de hacer menguar la mayoría calificada que obtiene la oposición democrática en la conformación de la nueva Asamblea Nacional; y que luego de la elección popular de la mencionada Asamblea, el gobierno de Nicolás Maduro, con apoyo de un Tribunal Supremo de Justicia cuya composición se obtiene al margen de las normas constitucionales y en vísperas de instalarse el nuevo parlamento con su mayoría calificada de oposición, desconoce el ejercicio por la misma Asamblea de sus competencias constitucionales.

Toda agresión a la democracia constituye un atentado en contra de los principios que fundamentan la solidaridad de las naciones, por eso pido a la opinión pública internacional y a nuestros respectivos gobiernos estar atentos y vigilantes de la grave situación política e institucional de Venezuela a la vez que me acompañen en exigir el cese de las prisiones para los opositores, el respeto cabal de los derechos políticos, y la reversión de los actos orientados a impedir la manifestación de la fuente natural y primaria de la misma democracia, a saber, la soberanía popular a través del voto.

La democracia, la justicia, la paz la igualdad y la libertad son valores universales que se deben defender contra cualquier tentación totalitaria. Las sociedades basadas en la Declaración universal de los derechos humanos constituyen un faro que orienta el futuro de la humanidad.