El jueves pasado estuvimos junto al Padre Pepe,  concientizando sobre el daño que producen las drogas.

Pepe representa un faro que nos guía en la comprensión y en la acción de la lucha contra las drogas. En esto no pueden haber medias tintas ni proselitismo. Se trata de garantizar los derechos humanos de jóvenes para que puedan vivir sin drogas y con futuro.

Hay mucho por hacer pero gracias a corazones como el de Pepe siento que sí es posible frenar este flagelo.