Realmente un orgullo haber podido participar de la inauguración del Instituto de Trasplantes y Alta Complejidad.

Antes el lugar era un estacionamiento de coches, ahora es una esperanza de vida para muchísimas personas.

Quiero agradecer muchísimo a la empresa sueca Diaverum por su confianza y el apoyo financiero a lo largo de estos últimos 5 años para que esto sea posible.