En Argentina debemos llegar, cuanto antes, a una ley electoral que contenga el financiamiento de campañas políticas.

Alemania, en este último viaje, podría servirnos de ejemplo. Los partidos y sus campañas se financian mayoritariamente por individuos y empresas privadas que realizan donaciones transparentes de cara a la ciudadanía.

El rol del Estado es el de auditor. Y es minucioso.