Florencio Varela me llenó de historias de vida.

Fanny, la mamá de Florencia, me contó de las dificultades que tiene su hija por ser albina. Su relato me conmovió, ¡cuánto amor y dedicación! Ahí también aprendí que en la zona se registra una cantidad récord de gente con albinismo.

También conocí a Alejandra, jefa de una sucursal del Correo. Hace 23 años que trabaja ahí y honra su trabajo ya que gracias a eso, dice, puede alimentar a su hija sola. Cuando hay paro sale más temprano para llegar en hora caminando.

Y así, cada persona es una historia… me encanta recorrer y poder charlar con los ciudadanos. Qué necesario es esto, también, para que podamos hacer mejor nuestro trabajo.