Juventud en política

Durante un timbreo nacional, una mujer -radical por herencia- se acercó para contarme, desconcertada, que su hijo militaba en un partido de izquierda, al que dedicaba todos los fines de semana. Recuerdo que le contesté: “Demos gracias que se involucra, que la política no le es indiferente”. Estoy segura de que eso lo entrena en una mirada comprensiva del entorno, indispensable en un mundo cada vez más egocéntrico. Y pensé cuánto tienen para aportar los jóvenes en los espacios de poder: llevan una agenda original, discuten, las utopías los gobiernan. Lo que lamentaría es que no encontraran espacios en los que formarse y desarrollarse. Lo veo en esa juventud de Pro, capaz de abrir debates, de tensionar nuestros argumentos, pero también de recorrer kilómetros misionando, sembrando esperanza. Los adultos nos llevamos mejor con la docilidad, pero en esa comodidad perdemos todos. Debemos buscar lugares de encuentro y participación para miles de jóvenes que en su esencia son el cambio. Nuestro espacio, por ejemplo, sigue generando notables cuadros que no debería desdeñar. Si sólo llegaran a las listas los más “corporativos”, los más alineados, no sólo nosotros perderemos a esos destacados, sino también la república toda. Animémonos a más juventud.

Connie Schmidt

Diputada nacional

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