Después de otra semana con sucesivos traspiés judiciales para sus rivales kirchneristas, el gran objetivo para el Gobierno en los próximos meses es domar “el potro de la inflación”. Optimistas, en la Casa Rosada ya hablan del “teorema de [Gustavo] Lopetegui”, con el que uno de los dos coordinadores del gabinete (el otro es Mario Quintana) grafica el cambio de las expectativas que se suscitará en las próximas semanas si los pronósticos de los economistas se cumplen a rajatabla.

“Es muy sencillo. Si vas cuatro veces al supermercado y ves que los precios no aumentan, vas a cambiar tus actitudes, a consumir más y tener más confianza”, detalló el coordinador del gabinete en recientes reuniones, confiado en que en estos meses la inflación oscilará en el dos por ciento mensual, sin grandes aumentos de tarifas a la vista y sin el fantasma del acuerdo con los fondos buitre en el horizonte.

Éxodo K: los leales a Tomada no quieren trabajar con Triaca

Los seguidores del ex ministro de Trabajo Carlos Tomada ya casi están con los pies fuera de la cartera laboral. Por lo menos en lo que hace a los dirigentes más cercanos, los leales al ex ministro Tomada están fuera de la gestión actual, que encabeza su sucesor Jorge Triaca. Cerca del ex diputado nacional de Pro y hoy ministro comentan que la semana pasada, con más de seis meses de gestión, Triaca recibió la renuncia de Clarisa Beatriz Soto, mujer del ex ministro y hoy legislador porteño por el kirchnerismo. “De los 4800 empleados, unos 500 ya no están. Y nosotros trajimos sólo 70”, comentaron cerca del ex diputado nacional y ex ministro, aunque reconocieron que las huellas de quien ocupó el piso trece del edificio de Alem al 600 durante doce años todavía son reconocibles. Confían en que en los próximos meses ya no haya rastros de Tomada en el edificio de la avenida Alem, donde se albergan ahora la huestes de Triaca.

Senado: ¿conflicto de pareja en puerta para Fernández Sagasti?

Sanz, activo: entre la Casa Rosada y los amigos diplomáticos

Ernesto Sanz no descansa. Se lo ve por la Casa Rosada seguido y tiene una fuerte llegada en el ámbito diplomático de la Cancillería. Así quedó demostrado por el ex senador radical y uno de los armadores de Cambiemos cuando llegó a la despedida de sus entrañables amigos diplomáticos que fueron destinados a la Unión Europea. En el departamento de Maximiliano Cernadas, que asumirá próximamente como embajador argentino en Hungría, se hizo la despedida de Mario Verón Guerra, destinado a la Unión Europea en Bruselas. Allí estaban, entre otros, los radicales Jesús Rodríguez, Hipólito Solari Yrigoyen y Pablo Garzonio; el jefe de Gabinete de Malcorra, Pedro Villagra; el embajador de Brasil, Everton Vargas; el jefe de Gabinete del vicecanciller, Eduardo Varela; el diputado Torello, y la diputada de Pro Cornelia Schmidt-Liermann. Fue una comida entretenida donde se habló de política y, por supuesto, donde Sanz acaparó la atención.

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