Cuando la historia mire 2018, va a saber que hubo argentinas y argentinos que se despertaron y supieron estar donde había que estar, para evitar que se reescriba la Constitución y se vuelvan a repetir errores.

Participé junto a miles de manifestantes en los alrededores del Obelisco de la Concentración Nacional “Salvemos las dos vidas” en rechazo al proyecto de la legalización del aborto.

La hazaña se convirtió en la defensa de aquel que no se puede defender y de las madres que pasan por un embarazo no deseado, a las que hay que abrazar.