Ya sinceramos la pobreza, ahora estamos sincerando la educación. Nos atrevemos a dar las cifras que damos porque creemos en la verdadera información como motor del cambio.

Solo conociendo el estado real de las cosas es que podremos implementar mejores políticas públicas. La ciudadanía no es tonta; y por eso ha votado un cambio.

Es momento de avanzar juntos. Necesitamos cortar con años de demagogia y aceptar que podemos hacer las cosas de manera diferente.