Los números de la pobreza en Argentina duelen, son más que números, son gritos de ayuda a los que llegó el momento de responder.

Me llena de esperanza ver a tantos jóvenes comprometidos con la vida y el país. Solo con su fuerza y su amor podremos revertir esta situación.

Basta de presionar a los que más necesitan para conseguir adeptos políticos. Con el suministro de agua no se juega… ni acá, ni en Santiago del Estero, ni en ningún lado.