Visité a un grupo de monjas benedictinas de la Abadía Santa Escolástica, que desde hace unos años han sumado la repostería como otra de sus actividades y por la cual ganaron buena fama.

Con sus manos y amor han logrado exquisiteces, que podemos obsequiar a nuestros afectos.  Ellas confían en el coraje de la fe y en el trabajo como mejor política social.

Una experiencia religiosa en la que se contagian la paz y la alegría de ayudar a quienes ayudan.

Nada detiene a estas bellas mujeres.

10845717_902972469741971_4251515367753891046_o