Hoy es uno de los días más tristes de mi vida política, con bajezas que se jugaron para apoyar un proyecto que no va a traer más paz sino que va a traer más división en nuestro país, y no va a ayudar a la mujer que está pasando por un embarazo no deseado.

Lamento muchísimo esto, y aún más por aquellos que se fueron dando vuelta en la última media hora, colegas míos en quienes yo confiaba, que por lo menos tenían convicciones, pero lo que me quedó claro es que lo que menos hay es convicción.

El proyecto en discusión es un proyecto totalmente radicalizado y no brinda ningún tipo de contención a la mujer. Debemos buscar contener a la mujer que necesita ese acompañamiento.

Estamos ante un dilema que va a ser de dificilísima solución: sea como sea que salga esta votación, ya quedó en claro que tenemos que trabajar sobre la educación sexual, sobre la prevención de embarazos no deseados y sobre el acompañamiento de la mujer.

Es verdad que tenemos una ola verde, pero también es verdad que tenemos un cielo azul, que estuvieron acompañándonos juntos. Esas dos son las Argentinas que tenemos que armonizar. Lamentablemente, este proyecto en discusión no logra esto.

Es mentira que cuando el aborto está legalizado o está despenalizado, se produce menos. Esto no es así, ya que se naturaliza ese hecho y yo no quiero la naturalización de un hecho del descarte del que no se puede defender.

Hace 40 años que los países desarrollados tuvieron esta discusión y hoy ya están retrocediendo.

Si hay clandestinidad, ¡es porque nadie se tomó el trabajo de hacer las denuncias! Tenemos que denunciar a las personas que hacen abortos clandestinos.

La real libertad de la mujer está en el empoderamiento económico, el poder tener un marco flexible, de vanguardia laboral que pueda conciliar la vida del trabajo y la vida familiar.

Les comparto mi intervención en la sesión por el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo.