Recorrimos La Plata, una ciudad con historia, presente y futuro. Visitamos una fábrica de sombreros de 1902, el Concejo Deliberante y asistimos a la reinauguración del Museo de Bellas Artes.

Fue una jornada repleta de encuentros y actividades, todo bajo la premisa de cercanía e integración, no solo de temas sino también de generaciones: tuve el placer de contar con la compañía de mi madre (impulsora de la visita a la planta) y de mi ahijada Antonia.

Vistamos fábrica de sombreros de Ensenada, donde de 600 empleados quedan ahora solo 6. Osvaldo, el maestro sombrerero, mantiene a pulmón la excelencia en la producción que tiene demanda de todas partes del mundo. No alcanzan a abastecer todos los pedidos,  dada su baja capacidad de trabajo actual. Por eso, junto a la Asociación de Vecinos, quieren ofrecer talleres de oficio y capacitación a interesados en este noble oficio. Nunca nadie del Gobierno Provincial ni Nacional respondió a sus reclamos hasta ahora.

Visitamos también el Concejo Deliberante, compartiendo experiencias y delineando estrategias con representantes municipales para que el engranaje de la política le sirva realmente al ciudadano. Modelos que funcionaron bien en la ciudad de Buenos Aires y que pueden adaptarse a La Plata.

En la reinauguración del Museo de Bellas Artes descubrimos el primer museo de la provincia que va camino hacia ser Museo inclusivo. Ahora todas las personas pueden disfrutar de su arte gracias a descripciones y actividades especiales para personas que leen en braille. Un espacio que brinda oportunidades a artistas y crea conciencia de que con el arte estamos iluminando el presente.