En la reunión de Comisión de Relaciones Exteriores y Culto, recibimos a Maha Mamo. Ella vino desde Brasil, país en el que vivió como apátrida refugiada y del que finalmente obtuvo la nacionalidad.

Por primera vez, llegó a un país con su nuevo pasaporte para contarnos su testimonio acerca de cómo fue vivir durante 30 años sin nacionalidad.

Actualmente hay 10 millones de personas apátridas en el mundo y la mayoría son niños, una situación que nos conmueve muchísimo.

Logramos dictamen favorable a un proyecto profundamente humanitario para darle identidad y nacionalidad a los apátridas.

Lamento mucho que no hayamos contado con el apoyo de la oposición, que estuvo ausente, para tratar este proyecto que implica dar una señal de respeto hacia los derechos humanos.

Confío en que en el recinto vamos a tener la conformidad de todos los sectores.