El deporte organizado es una herramienta fundamental como formador de
personas.La realidad que nos toca vivir, con tanta marginación,
violencia y abandono nos lleva a buscar mecanismos que ayuden a paliar
esta situación, fomentando valores y la integración social.
No solo enseña a ser disciplinado, sino a respetar al otro y a
trabajar en equipo, fomentando la solidaridad. Todo ello genera un
temple distinto en aquellos que lo practican, otorgando una capacidad
diferenciada para resolver los problemas de la vida que uno debe
enfrentar.
Sin lugar a dudas, el impacto de la movida social que produce que una
empresa ayude a que los chicos se desarrollen en un deporte, es mayor
que lo que pueda desarrollar el equipo de marketing de una empresa.
Pero para ello es indispensable contar con profesores y dirigentes
capacitados, que no solo entiendan que el deporte es formativo, sino
que tengan la sensibilidad social necesaria para desempeñar con éxito
el rol que le toca cumplir.
Por ello es hora de repensar como se distribuyen los subsidios y ni
que hablar del presupuesto de Fútbol para Todos: de nada sirve otorgar
un subsidio, si no se pone como exigencia capacitar a a aquellos que
lo reciben, fomentando incluso la auto gestión.
Cuanto seria el beneficio si un porcentaje del dinero de Fútbol para
Todos se aplicara para fomentar realmente el deporte, fortaleciendo y
capacitando a clubes de barrios, escuelas de fútbol, etc.
Puedo decir que haber practicado más de 10 años el hockey en SAG, sin
lugar a dudas me ayudo tbien hoy en mi actividad política:me ha
ensañado a reaccionar ante los diferentes desafíos que se nos
presentan a diario, a abrir el juego, a respetar al opositor, a
confiar en el trabajo en equipo y a disfrutar el fair play. Me ha socializado.